El modelo, aunque parece ser un aparato ultra tecnológico, propio de una patente altamente custodiada, en realidad esta basado en una suspensión CARDAN de tres ejes. A rasgos generales, uns sistema Cardán consiste en dos aros concéntricos cuyos ejes forman un angulo recto que permite mantener el eje de rotación suspendido en el aire a pesar de que su base se mueva.
Rodando con MōVi M10
La genial adaptación realizada por Freefly Systems, que une la técnica de suspensión Cardán y un sistema de motores inalámbricos de control, resulta en un estabilizador de cámara más cómodo, versátil y ligero, es decir, todo lo que no es un steady-cam profesional convencional (que pesa más que un muerto). Mejor vean el video.
Otra de las diferencias con los Steady – cam convencionales es que el MōVi M10 necesita 3 operadores. Por lo general los Steady – cam convencionales necesitan al Camarógrafo – operador y al Primer asistente – Foquista para operar la cámara, incluso a veces, en tomas abiertas con foco al infinito, solo es necesario el Camarógrafo. En el caso del MōVi M10 se requiere de un Operador que se preocupe únicamente de llevar la cámara por el recorrido preciso, al Director de fotografía que realize los encuadres con un joystick remoto y un Foquista con un follow focus inalambrico; como vemos, tamaña versatilidad requiere de buena mano de obra. Aún así, el MōVi M10 tendría un modo automático con el que el aparato podría diferenciar los movimientos equivocados, pero por lo que dicen, no es un método tan preciso.
Como era de esperarse, el precio de este equipo resulta caro, por decir lo menos, para un presupuesto de los nuestros; pues aunque recién esta en producción, un estabilizador de este calibre costaría $15,000. Ciertamente el público objetivo del MōVi M10 no es precisamente el de los videoastas de handycam; más bien es para producciones de presupuestos regulares que requieran de un flujo de trabajo flexible, cómodo y versátil para la narración, y es que los que hemos tenido oportunidad de trabajar con Steady Cam sabemos que con estos armazones se avanza a mil por hora (en gran medida para evitar que el operador se rompa la columna)
Ver al MōVi M10 funcionar, aunque sea por estos medios, nos emociona y alucina con la remota esperanza de tenerlo en nuestras manos.
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